viernes, 1 de julio de 2011

Al encuentro de Lourdes.


En la cordillera francesa de los Pirineos, al pie de sus hermosas montañas se asienta Lourdes, en un valle de frescas mañanas y de sol esplendoroso. Su fecunda campiña de frutos y flores es un paisaje idílico que le dió la bienvenida a la Virgen; cuando Bernardita tuvo la dicha y la felicidad de ver y oir a nuestra Señora de Lourdes en la gruta milagrosa.
A nuestro paso por la gruta nos estremece la devoción que Nuestra Señora de Lourdes infunde en nuestra plegaria. Los peregrinos y todos aquellos que vienen a expresar su júbilo por su visita al santuario nos ofrecen el amor fraterno que tanto ansiamos y necesitamos.
Este recinto nos reconforta con paz y sosiego.
Al mirar la imagen de Nuestra Señora; parece decirnos lo que aquella tarde le anunció a Bernardita: ¨Yo Soy La Inmaculada Concepción¨.

Gonzalo Angulo
www.adastravel.com.mx


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